lunes, 11 de febrero de 2008

La voz política de la Diversidad Sexual.

Por D. Gonzalez

dg.espacio@gmail.com


Estelí fue testigo del primer carnaval “Construyendo Alianzas en la Diversidad”, organizado por la Fundación Puntos de Encuentro, en conjunto con otras organizaciones locales del Diamante de las Segovias. El carnaval tuvo lugar en el contexto del IX Campamento Juvenil Centroamericano que se estaba llevando a cabo en Turicentro Estelimar, que tuvo la participación de los distintos movimientos sociales que constantemente luchan por los derechos humanos, conformados representativamente por los y las participantes del campamento juvenil.


Entre ellos se destacaban los movimientos sociales por los derechos de las mujeres, niños, adolescentes, jóvenes, afro descendientes, indígenas, personas con capacidades especiales, personas con VIH-SIDA y por supuesto el movimiento por la diversidad sexual.


Durante la marcha, en el bloque del movimiento de la diversidad sexual participaron la Iniciativa desde la Diversidad Sexual por los Derechos Humanos (IDSDH), el Grupo Lésbico Safo y la Asociación Movimiento Gay Lésbico Intermunicipal de Mateare (AMGLIM). Todos y todas marchamos con un objetivo: transmitir a la ciudadanía mensajes de no discriminación de una manera lúdica pero también pedagógica. Se trataba de informar a la población sobre nuestra opción de vida e identidad sexual y como éstas nos hacen distintos y distintas a las personas heterosexuales, sin separarnos de nuestra calidad humana con derechos y deberes. En estos mensajes repudiamos el heterosexismo y fomentamos a las personas a que rompan con el estereotipo de que la heterosexualidad es la manera “normal” de vivir la sexualidad humana. De la misma manera, pudimos generar reflexiones sobre como el machismo y heterosexismo ejercen una relación de poder y dominio sobre otras personas.


Así mismo, pudimos romper con estereotipos y esquemas errados que tienen sobre nuestra manera de vivir como personas diversas sexualmente. Homosexualidad, ni enfermedad, ni pecado, era una de las consignas del movimiento durante la marcha, que dio una estocada al pensamiento religioso fundamentalista sobre la homosexualidad. Somos iguales fue otro de los gritos que demostraban la igualdad entre las personas, rescatando así que no hay nadie superior o inferior, ni nadie mejor o peor, y que definitivamente, en nuestras diferencias, todos y todas tenemos los mismo derechos, llámense sexuales, reproductivos o civiles.


Comparto que la mejor reflexión durante este carnaval fue sobre la voz política personal y el recorrer de esta hasta los espacios de incidencia publica. Gays, lesbianas, bisexuales, transexuales, travestis, transgeneros, intersexs, tenemos tres barreras que derribar. La primera barrera es la homofobia internalizada, causada por el sistema heterosexual y tradicionalista en el que somos criados. Reconociéndonos como sujetos de derechos y viviendo nuestra sexualidad sin prejuicios internos rompemos este primer obstáculo. La segunda berrera aparece cuando las personas que nos rodean (familiares, amigo/as, compañeros de trabajo) nos discriminan y nos hacen sujetos de burlas y/o acciones violentas que nos lastiman psicológica y físicamente. La tercera forma de opresión viene de las distintas instituciones: entes del gobierno y la empresa privada, cuando nos figuran como criminales con leyes como el Arto. 204 del Código Procesal Penal o con políticas laborales que irrespetan nuestra identidad sexual. Sin embargo, aprendí que la lucha por los derechos humanos de la diversidad sexual, es más que instruir, informar, fomentar el pensamiento crítico en la población sobre nuestras preferencias, opciones o identidades sexuales.


La voz política de la diversidad sexual, debería ser una unida a la voz de los otros movimientos sociales por la defensa de los derechos INTEGRALES de las personas, sin importar raza, sexo, edad, condición económica, social, política, credo religioso y opción sexual.


Fotografia: Fidealeyda Avalos, La Boletina, Puntos de Encuentro.

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lunes, 11 de febrero de 2008

La voz política de la Diversidad Sexual.

Por D. Gonzalez

dg.espacio@gmail.com


Estelí fue testigo del primer carnaval “Construyendo Alianzas en la Diversidad”, organizado por la Fundación Puntos de Encuentro, en conjunto con otras organizaciones locales del Diamante de las Segovias. El carnaval tuvo lugar en el contexto del IX Campamento Juvenil Centroamericano que se estaba llevando a cabo en Turicentro Estelimar, que tuvo la participación de los distintos movimientos sociales que constantemente luchan por los derechos humanos, conformados representativamente por los y las participantes del campamento juvenil.


Entre ellos se destacaban los movimientos sociales por los derechos de las mujeres, niños, adolescentes, jóvenes, afro descendientes, indígenas, personas con capacidades especiales, personas con VIH-SIDA y por supuesto el movimiento por la diversidad sexual.


Durante la marcha, en el bloque del movimiento de la diversidad sexual participaron la Iniciativa desde la Diversidad Sexual por los Derechos Humanos (IDSDH), el Grupo Lésbico Safo y la Asociación Movimiento Gay Lésbico Intermunicipal de Mateare (AMGLIM). Todos y todas marchamos con un objetivo: transmitir a la ciudadanía mensajes de no discriminación de una manera lúdica pero también pedagógica. Se trataba de informar a la población sobre nuestra opción de vida e identidad sexual y como éstas nos hacen distintos y distintas a las personas heterosexuales, sin separarnos de nuestra calidad humana con derechos y deberes. En estos mensajes repudiamos el heterosexismo y fomentamos a las personas a que rompan con el estereotipo de que la heterosexualidad es la manera “normal” de vivir la sexualidad humana. De la misma manera, pudimos generar reflexiones sobre como el machismo y heterosexismo ejercen una relación de poder y dominio sobre otras personas.


Así mismo, pudimos romper con estereotipos y esquemas errados que tienen sobre nuestra manera de vivir como personas diversas sexualmente. Homosexualidad, ni enfermedad, ni pecado, era una de las consignas del movimiento durante la marcha, que dio una estocada al pensamiento religioso fundamentalista sobre la homosexualidad. Somos iguales fue otro de los gritos que demostraban la igualdad entre las personas, rescatando así que no hay nadie superior o inferior, ni nadie mejor o peor, y que definitivamente, en nuestras diferencias, todos y todas tenemos los mismo derechos, llámense sexuales, reproductivos o civiles.


Comparto que la mejor reflexión durante este carnaval fue sobre la voz política personal y el recorrer de esta hasta los espacios de incidencia publica. Gays, lesbianas, bisexuales, transexuales, travestis, transgeneros, intersexs, tenemos tres barreras que derribar. La primera barrera es la homofobia internalizada, causada por el sistema heterosexual y tradicionalista en el que somos criados. Reconociéndonos como sujetos de derechos y viviendo nuestra sexualidad sin prejuicios internos rompemos este primer obstáculo. La segunda berrera aparece cuando las personas que nos rodean (familiares, amigo/as, compañeros de trabajo) nos discriminan y nos hacen sujetos de burlas y/o acciones violentas que nos lastiman psicológica y físicamente. La tercera forma de opresión viene de las distintas instituciones: entes del gobierno y la empresa privada, cuando nos figuran como criminales con leyes como el Arto. 204 del Código Procesal Penal o con políticas laborales que irrespetan nuestra identidad sexual. Sin embargo, aprendí que la lucha por los derechos humanos de la diversidad sexual, es más que instruir, informar, fomentar el pensamiento crítico en la población sobre nuestras preferencias, opciones o identidades sexuales.


La voz política de la diversidad sexual, debería ser una unida a la voz de los otros movimientos sociales por la defensa de los derechos INTEGRALES de las personas, sin importar raza, sexo, edad, condición económica, social, política, credo religioso y opción sexual.


Fotografia: Fidealeyda Avalos, La Boletina, Puntos de Encuentro.

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