martes, 7 de abril de 2009

Carta abierta a puritanos y supuestos beatos

Por D. Sebastiandg.espacio@gmail.com

Publicada en barricada.com.ni en octubre de 2006

Sin intenciones de ofender a quienes sí profesan su religión sin hipocresías.
Aristóteles dijo y es cosa verdadera que el hombre por dos cosas trabaja: la primera por el sustentamiento, y la segunda era por conseguir unión con hembra placentera. (Arcipreste de Hita. Libro de Buen Amor)

Estimados celadores de la puerta del Cielo: (Ya hasta le han quitado el puesto a San Pedro) El hecho de que ustedes no puedan dormir y navegar en las aguas fatuas de la literatura (deleite en nuestra realidad), no quiere decir que nos tengan que censurar a aquellos que sí lo hacemos. ¿Desde cuándo, la necesidad humana del amor corporal volvió a ser un tema tabú en el siglo XXI? Me escandalizo al saber que la bella desnudez de la Venus de Milo, inspiración de grandes iluminados del siglo XVIII pueda aún ruborizar a religiosos hipócritas e insipientes en la literatura. ¿Qué diría Miguel Ángel de una persona que se sintiera ofendida ante la belleza perfecta del viril David?

El sexo, que bien connota una acción (coito), aduce un género (masculino o femenino) o a determinado órgano sexual, más que un concepto o una palabra vacía, es una demostración de confianza. Desde nuestros orígenes animalescos procedemos a compartirnos en cuerpo y alma para procrear y ¿por qué no?, para satisfacer un instinto carnal. Hay que recordar que solo la razón nos diferencia de los animales. Y, ¿Si somos animales que forman comunidades, como bien dice Aristóteles, por qué no formar un vínculo más cercano en cuanto a intimidad?

Dudo que su razón les permita ad incluso entender la diversidad de pensamiento, de comportamiento y de opción. ¿Por qué el señalamiento y no una crítica constructiva? ¿Acaso hay alguien totalmente puro después de Cristo? ¡Ahí esta la mujer adúltera: que tire la primera piedra quien este libre de pecado! ¡Y que la tire al cielo en señal de divinidad! Estoy más que seguro que algunos de ustedes lo harán, entonces espero no les caiga en su propia cara, pues si no tienen raciocinio, dudo que tengan orientación. Yo también habito esta tierra bella, llena de colores como el verde y el rojo, y como todos, tengo que ser sujeto tolerante (más como un ser humano) pero me abandono al aire y mi mano se conduce a sí misa a la hora de escribir. Digamos que soy el polen que vuela en el aire para fecundar otras tierras o para producir la miel que luego endulzará sus fantasías en sus más recónditos deseos. ¿Acaso es tu moralidad la que te dicta el comportamiento? Entonces la adorada Desideria en La Vida Interior de Alberto Moravia te diría “el moralista es uno que se odia a sí mismo en los otros, que se mata a sí mismo en los otros, que se condena a sí mismo en los otros. Se perdona a sí mismo y, precisamente por eso, no perdona a lo demás”.

¿Les asusta cruzar el “puente carnal”? ¡Me río de su poca creatividad! ¿Es el sexo un simple acto de penetración, gestos y sonidos? ¡No! Es una experiencia de sentimientos y sensaciones. ¿Será que ustedes sienten o son tan mecánicos que por eso vuelven a tan hermoso acto en algo pecaminoso? ¿No es acaso nuestro cuerpo todo carne? Inclusive un beso, músculo, carne, nos une y así poder ser el soñado amado de Oscar D´Leon: “Ser una sola carne, una sola esencia,/ ser amantes unisexuales.” Me asusta pensar que algunos de los herederos de los pensadores europeos más grandes sean los más ignorantes y prejuiciosos. ¿Qué les perturba del erotismo? ¿Qué les aturde? ¿Es acaso que la conducta sexual de otras personas que se abandonan coherentemente a sus deseos, algo tan íntimo y que sólo puede ser juzgada por Dios, es el semblante de lo que les gustaría hacer y prefieren dejar oculto?

No es mi objetivo, con esta misiva, cambiar su forma de pensar. Me diferencio de ustedes al respetar su condición y opción y no juzgar sus vidas, pues ni yo ni nadie tenemos el derecho de hacerlo. Soy joven y tengo entendido, que ahora vivimos en una sociedad donde la libertad de expresión más que un derecho, se ha vuelto una necesidad humana. No es mi intención forzarlos a que les guste mi escritura o mis ideas prosaicas e irrealmente utópicas del amor, sino conducirlos a su alma y que ésta les rebele algo más de la vida. Mi espíritu me dió a conocer lo erótico de lo humano aún en mi juventud, porque no todo radica en el sexo, pero sí en las sensaciones. La sensualidad se expresa en la sencillez de la vida. El éxtasis sensitivo al compartirse en cuerpo y alma y entonces yo les comparto mi alma a través de palabras escritas: “Después de todo,/el alma,/afortunadamente,/es como el vino./Que me beba quién me ame,/que me saboree.”

Me despido de ustedes, dejándole la inquietud, espero, de guardarse los comentarios si estos son solo para señalar. Espero que no me respondan, espero no tener que darle una respuesta a su respuesta, porque todo esta dicho ya y si hubiese algo mas que decir, entonces sería su propio cuerpo quien se los diría. No es mi intención hacerles sentir mal, sino despejarles la mente y darme la libertad de recomendarles un poco de cultura. La próxima vez que hagan el amor, no me recuerden, pero recuerden a Eros y a Ágape, a la unión del semen de Apolo y el mar y al nacimiento del amor a través de la entrega. Después de todo, ¿quién de verdad se rebela por completo? ¿No somos acaso todos una sombra de los pensamientos? ¡Yo soy quien soy, para mí, para quien quiera compartir, para quien quiera ser auténtico!

Belli, Gioconda. Apogeo. Sabor de Vendimia. Anamá Ediciones Centroamericanas. Nicaragua: 1997.

0 comentarios:

martes, 7 de abril de 2009

Carta abierta a puritanos y supuestos beatos

Por D. Sebastiandg.espacio@gmail.com

Publicada en barricada.com.ni en octubre de 2006

Sin intenciones de ofender a quienes sí profesan su religión sin hipocresías.
Aristóteles dijo y es cosa verdadera que el hombre por dos cosas trabaja: la primera por el sustentamiento, y la segunda era por conseguir unión con hembra placentera. (Arcipreste de Hita. Libro de Buen Amor)

Estimados celadores de la puerta del Cielo: (Ya hasta le han quitado el puesto a San Pedro) El hecho de que ustedes no puedan dormir y navegar en las aguas fatuas de la literatura (deleite en nuestra realidad), no quiere decir que nos tengan que censurar a aquellos que sí lo hacemos. ¿Desde cuándo, la necesidad humana del amor corporal volvió a ser un tema tabú en el siglo XXI? Me escandalizo al saber que la bella desnudez de la Venus de Milo, inspiración de grandes iluminados del siglo XVIII pueda aún ruborizar a religiosos hipócritas e insipientes en la literatura. ¿Qué diría Miguel Ángel de una persona que se sintiera ofendida ante la belleza perfecta del viril David?

El sexo, que bien connota una acción (coito), aduce un género (masculino o femenino) o a determinado órgano sexual, más que un concepto o una palabra vacía, es una demostración de confianza. Desde nuestros orígenes animalescos procedemos a compartirnos en cuerpo y alma para procrear y ¿por qué no?, para satisfacer un instinto carnal. Hay que recordar que solo la razón nos diferencia de los animales. Y, ¿Si somos animales que forman comunidades, como bien dice Aristóteles, por qué no formar un vínculo más cercano en cuanto a intimidad?

Dudo que su razón les permita ad incluso entender la diversidad de pensamiento, de comportamiento y de opción. ¿Por qué el señalamiento y no una crítica constructiva? ¿Acaso hay alguien totalmente puro después de Cristo? ¡Ahí esta la mujer adúltera: que tire la primera piedra quien este libre de pecado! ¡Y que la tire al cielo en señal de divinidad! Estoy más que seguro que algunos de ustedes lo harán, entonces espero no les caiga en su propia cara, pues si no tienen raciocinio, dudo que tengan orientación. Yo también habito esta tierra bella, llena de colores como el verde y el rojo, y como todos, tengo que ser sujeto tolerante (más como un ser humano) pero me abandono al aire y mi mano se conduce a sí misa a la hora de escribir. Digamos que soy el polen que vuela en el aire para fecundar otras tierras o para producir la miel que luego endulzará sus fantasías en sus más recónditos deseos. ¿Acaso es tu moralidad la que te dicta el comportamiento? Entonces la adorada Desideria en La Vida Interior de Alberto Moravia te diría “el moralista es uno que se odia a sí mismo en los otros, que se mata a sí mismo en los otros, que se condena a sí mismo en los otros. Se perdona a sí mismo y, precisamente por eso, no perdona a lo demás”.

¿Les asusta cruzar el “puente carnal”? ¡Me río de su poca creatividad! ¿Es el sexo un simple acto de penetración, gestos y sonidos? ¡No! Es una experiencia de sentimientos y sensaciones. ¿Será que ustedes sienten o son tan mecánicos que por eso vuelven a tan hermoso acto en algo pecaminoso? ¿No es acaso nuestro cuerpo todo carne? Inclusive un beso, músculo, carne, nos une y así poder ser el soñado amado de Oscar D´Leon: “Ser una sola carne, una sola esencia,/ ser amantes unisexuales.” Me asusta pensar que algunos de los herederos de los pensadores europeos más grandes sean los más ignorantes y prejuiciosos. ¿Qué les perturba del erotismo? ¿Qué les aturde? ¿Es acaso que la conducta sexual de otras personas que se abandonan coherentemente a sus deseos, algo tan íntimo y que sólo puede ser juzgada por Dios, es el semblante de lo que les gustaría hacer y prefieren dejar oculto?

No es mi objetivo, con esta misiva, cambiar su forma de pensar. Me diferencio de ustedes al respetar su condición y opción y no juzgar sus vidas, pues ni yo ni nadie tenemos el derecho de hacerlo. Soy joven y tengo entendido, que ahora vivimos en una sociedad donde la libertad de expresión más que un derecho, se ha vuelto una necesidad humana. No es mi intención forzarlos a que les guste mi escritura o mis ideas prosaicas e irrealmente utópicas del amor, sino conducirlos a su alma y que ésta les rebele algo más de la vida. Mi espíritu me dió a conocer lo erótico de lo humano aún en mi juventud, porque no todo radica en el sexo, pero sí en las sensaciones. La sensualidad se expresa en la sencillez de la vida. El éxtasis sensitivo al compartirse en cuerpo y alma y entonces yo les comparto mi alma a través de palabras escritas: “Después de todo,/el alma,/afortunadamente,/es como el vino./Que me beba quién me ame,/que me saboree.”

Me despido de ustedes, dejándole la inquietud, espero, de guardarse los comentarios si estos son solo para señalar. Espero que no me respondan, espero no tener que darle una respuesta a su respuesta, porque todo esta dicho ya y si hubiese algo mas que decir, entonces sería su propio cuerpo quien se los diría. No es mi intención hacerles sentir mal, sino despejarles la mente y darme la libertad de recomendarles un poco de cultura. La próxima vez que hagan el amor, no me recuerden, pero recuerden a Eros y a Ágape, a la unión del semen de Apolo y el mar y al nacimiento del amor a través de la entrega. Después de todo, ¿quién de verdad se rebela por completo? ¿No somos acaso todos una sombra de los pensamientos? ¡Yo soy quien soy, para mí, para quien quiera compartir, para quien quiera ser auténtico!

Belli, Gioconda. Apogeo. Sabor de Vendimia. Anamá Ediciones Centroamericanas. Nicaragua: 1997.

No hay comentarios: